viernes, 21 de octubre de 2011

Érase una vez tú y yo, cuando soñábamos fácilmente, frescos como limas y felices como un cielo de domingo, no había nada que pudiéramos vender o comprar, porque todo lo que realmente necesitábamos eran pies descalzos y un par de alas para volar.
Y ahora... ¿Hemos cambiado nuestras esperanzas por miedos y nuestros sueños por planes?
Recuerdo todas las veces cuando podíamos pasar nuestras tardes mirando fijamente el techo, acostados en el suelo. Pero esto solo son recuerdos y si tu alguna vez vienes y me encuentras llorando ahora ya sabes que lloro por ti.


Fátima Sanchis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario